miércoles, 22 de junio de 2011

Relevancia de las neurociencias para la formación docente

Si partimos de la base que la pedagogía busca intencionalmente la transformación de las estructuras de conciencia del ser humano, es necesario entender que el proceso de construcción del conocimiento es una fusión entre lo mental y lo cultural. En el ejercicio pedagógico, los docentes desarrollan un sin número de acciones, que en conjunto con los estudiantes, producen la transformación de saberes, valores y habilidades.

El carácter biológico y cultural que conlleva el ser humano, confiere al estudio de su capacidad de educabilidad en sentido complejo y de gran amplitud. Si bien la psicología, la sociología y la antropología han sido prodigiosas en cuanto al entendimiento y operacionalización de la enseñanza, el cerebro y sus funciones parecen haber sido el gran ausente. Como dice Morín (1999, p.20): “el hombre solo se completa como ser plenamente humano por y en la cultura. No hay cultura sin cerebro humano (aparato biológico dotado de habilidades para actuar, percibir, saber, aprender), y no hay mente, es decir capacidad de conciencia y pensamiento sin cultura.”

Si este bucle cultura-cerebro, como lo denomina Morín, interroga nuestros sistemas de formación docente para la educación inicial, probablemente el silencio daría constancia de que, el cerebro y su estudio para comprender las capacidades del ser humano en la construcción del conocimiento, no han sido invitados al proceso de formación pedagógica de nuestros docentes. Parece que nuestra atención ha ido dirigida al plano fisiológico, sociológico y psicológico de lo mental y no a su plano biológico, el cual indiscutiblemente no puede separarse de lo mental. La capacidad de educabilidad que nos caracteriza como seres humanos reside en la capacidad compleja del cerebro que tenemos. Tal y como lo afirma García y García (2001, p.197) “aun cuando el actor del comportamiento es la totalidad del sujeto y ningún cerebro aislado del resto del cuerpo puede tener actividad mental, es esta víscera el órgano fundamental en la elaboración y gobierno del comportamiento humano”. Es necesario también indicar que la mente o “estado mental” pertenecen a una clase de estados funcionales del cerebro en los que se generan imágenes cognitivas sensomotoras que incluyen la autoconciencia.

Para finalizar, las exigencias para la docencia aumentan día con día; ahora se espera que en el espacio educativo, los profesores sean capaces de formar personas con pensamiento crítico, con una expresión clara de si mismos, capaces de resolver problemas complicados y llegan a ser aprendices para toda su vida. Lo anterior implica sintetizar los aportes que detallan científicamente los aspectos humanos que favorecen el aprendizaje, como la acción con la cual el ser humano conoce.

La síntesis de los aportes de las ciencias humanas, no requiere la creación de nuevos cursos dentro de los planes de formación docente, sino de la incorporación del espacio biológico en la comprensión del la formación humana.

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